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martes, 1 de abril de 2014

La pareja: un juego de "suma no-cero"


 Una clasificación muy sencilla que podemos hacer de los juegos (y hacerla extensible a otras entidades, como las relaciones personales, que más adelante veremos) es la siguiente:
- juegos de suma cero: el típico juego donde si uno gana, el otro pierde. Ocurre en la mayoría de acontecimientos deportivos. Ganancias y pérdidas sumanas siempre darán cero. Otro buen ejemplo es la Bolsa: si el sujeto A ha ganado X es porque el sujeto B ha perdido X (el dinero ganado tiene que proceder de algún sitio, no cae de los árboles)
- juegos de suma no-cero: en este caso, no se iguala ganancia y pérdida. La suma de los dos, puede dar más o menos que 0. Ambos jugadores pueden ganar o perder. Imaginemos un videojuego en el que ambos jugadores unan sus fuerzas para combatir a un enemigo común

Mi teoría (y curiosamente ayer, ví que compartida por Watzlawick, Paul), es que una relación interpersonal (amistad o pareja) es un ejemplo prototípico de juego de suma no-cero, y su buena marcha está condicionada a que ambos miembros, si bien no sean conscientes de esto, sí se comporten de forma acorde con ello.

Consideremos el caso del marido autoritario-gruñón y la esposa obediente-sumisa (o viceversa, evidentemente). Podemos pensar que las ganancias de uno (el marido demuestra que lleva la razón y aumenta su autoestima) se compensa con las pérdidas del otro (la mujer demuestra que está equivocada y baja su autoestima) y nos hallamos en un juego de suma cero. Pero no ganan ambos, sólo uno de ellos. Y aunque aparentemente esta situación pueda prolongarse en el tiempo, el sentido común nos dice que esta relación está abocada al fracaso.

Sólo cuando ambos miembros de la pareja sean conscientes de que "SI UNO GANA, AMBOS PIERDEN", podremos asegurar un futuro feliz para ambos.

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