El
duelo o pérdida es algo por lo que el ser humano ha de pasar necesariamente a
lo largo de su vida en numerosas ocasiones. Pérdida de un empleo, de una pareja,
de un familiar…
La pérdida
inevitablemente conlleva sentimientos negativos muy diversos: tristeza, dolor,
angustia… Pero el que algunos salgan adelante con el tiempo mientras que otros
no consigan superarlo y les desborde depende de muchos factores, la mayoría de
ellos inherentes a nuestra forma de interpretar y afrontar la situación. Es
decir, nosotros somos los responsables de la forma en que elegimos vivir
nuestra vida
Frente
a una pérdida, siempre aparecerá el denominado duelo, que será más
intenso cuanto mayor fuera el vínculo con aquello que hemos perdido. Es un
proceso normal que precisa que lo vivamos (no negarlo) y lo superemos.
Hay
casos en los que el duelo no se supera, apareciendo en este caso el duelo
patológico, con dos subtipos, a
saber:
- Negación: más común en hombres, acostumbrados a reprimir sentimientos
más que las mujeres.
- Intensificación: opuesto a lo anterior. No sólo no se reprime la emoción
sino que expresa en toda su magnitud, llevando a alteraciones emocionales (depresión,
ideaciones suicidas, culpa, aislamiento…)
El
duelo requiere que aprendamos que el dolor no es un estado (permanente) sino
un proceso (pasajero) y con el tiempo nos reconciliaremos con la vida.
Hay algunas
ideas erróneas que desde pequeños se nos han inculcado sobre cómo afrontar el
duelo, y que es necesario desmentir:
- se puede reemplazar la pérdida: falso. De este modo, sólo conseguimos subestimar el valor de lo perdido. ¿Podemos reemplazar a una madre o hijo?
- has de sufrir sólo: falso. El ser humano, como ser social, necesita del apoyo de sus congéneres.
- el tiempo curará las heridas: Falso. No es el tiempo, sino el afrontamiento, lo que cura
- tienes que ser fuerte: Falso. No hay que reprimir las emociones, sino expresarlas. El reprimir emociones conlleva multitud de problemas psicológicos y médicos
- tienes que distraerte: Falso. El dolor vendrá en cuanto dejemos la mente ociosa. El duelo hay que vivirlo tarde o temprano.
Para
consolar a quien sufre un momento de duelo, no debemos explicar sino
consolar, escuchar sin juzgar, acompañar.
Este
humilde artículo está dedicado a mi amiga Nuria, uno de esos seres maravillosos
que la vida pone en tu camino para que crezcas como persona.
Un millon de gracias mi chico me ha encantado estoy orgullosa de ser tu amiga fiel seguidora de ti y de todo lo k haces y escribes k tengo la gran suerte de haberte conocido k me encanta como eres y te muestres tal cual eres una persona increible y k jamas pense encontrarme y compartir amistad con una personita con un alma tan bonito k con todo lo k escribes eres de mucha ayuda y k eres especial y sensible y sigue escribiendo k me hace muchisima ilusion.
ResponderEliminarComparto las reflexiones de Nuria.
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