Es
conocido que mujeres y hombres difieren en la vulnerabilidad para padecer
distintos trastornos mentales, y ello puede ser debido a su dimorfismo sexual
cerebral
Por
ejemplo: la mujer es más vulnerable a trastornos emocionales, enfermedad de
Alzheimer y trastornos alimentarios. El hombre es más vulnerable a la
esquizofrenia, dislexia y síndrome de Tourette.
Como
tales diferencias son interculturales, deben depender de factores de otro tipo
(psico-neuro-endocrino)
Por
ejemplo: la mujer suele experimentar reacciones de ansiedad y pánico durante la
fase premenstrual y en el postparto. Se cree que se debe a fluctuaciones
hormonales de dichos periodos (bajan los estrógenos y progestágenos, que tiene
efecto ansiolítico, pues son agonistas GABA)
Asimismo,
se cree que las hormonas y sus fluctuaciones juegan un importante papel en la
depresión femenina. Se ha observado en estados depresivos que acompañan al
síndrome premenstrual, depresión post-parto y depresión puberal. Esta
vulnerabilidad sería de tipo “activacional”
Aunque es
posible que esta vulnerabilidad se deba también a la diferenciación ocurrida en
los periodos pre y perinatales (de tipo “organizacional”)
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